Just a minute. Trans y deportes (II)
Le preguntaron a Lía Thomas (antes Will) si estaba dispuesta a sacrificar su carrera como nadadora si las trans (de hombre a mujer) no pudieran competir con las mujeres. Y dijo que sí. Fue luego de que se la autorizara a nadar en la división 1 de los NCAA (campeonatos nacionales universitarios) y que ganara en las 500 yardas libre convirtiéndose en la primer atleta trans en conseguirlo. Lía corre para Penn (Universidad de Pensilvania). Es la estrella de su equipo de casi 40 nadadoras. Hasta hace 2 años compitió, entre los varones. Allí ranqueaba 65 en los 500. Ahora está 1ra.. entre las mujeres. Y 554 en los 200 y ahora está 5ta. Cuando uno la escucha (hay un reportaje de CNN en la red) encuentra lo que en general estos grupos transmiten: su indiscutible e indisputable “derecho a ser lo que quieren ser”, y a ser o a sentirse felices, le pese a quien le pese. Dice Lía: “… sabía que iba a generar controversia, pero yo no necesito el permiso de nadie para ser lo que quiero ser y para competir en el deporte que amo”… “el cambio más importante es que ahora soy feliz, no se cambia para sacar ventaja deportiva sino para ser uno mismo, my true self”. … “No te pueden decir está bien que quieras ser mujer si te da la gana, pero que no compitas como mujer”.
Los comentarios que leo son más que elocuentes: “podrás ser
lo que quieras, pero no a expensas de los otros”… “no compites con tu identidad
sexual sino con tu cuerpo”… “esto es de locos”… “todo lo que importa es ella
misma… su happiness… al diablo con ella”… “arrogante… narcisista”. Bueno, el
sainete acabó, por lo menos para la natación. La FINA (Federación Internacional
de Natación) decidió el domingo -por el 72% de los votos- que las trans mujeres
no podrán competir si no hacen el tránsito antes de los 12 años (pre pubertad).
Es que no se trata sólo de hormonas. Se trata de ventajas biológicas en fuerza,
masa muscular, tamaño de pies, manos, largo de músculos etc. que no desaparecen
sólo por la baja de testosterona. Muchos lo entienden justo y repudian a Thomas
y a las que la defienden “pues socava medio siglo por lo menos de lucha de las
mujeres por la igualdad en el deporte y el sacrificio de todas las que son y
compiten como mujeres”. Del otro lado se les lanza la palabra brutal:
“!tránsfobas!”. Parece que Lía vivirá como mujer, tal como ha elegido, pero
fuera de la competencia con mujeres. La cosa recién empieza. En natación no se
prohíbe que las trans de mujeres a hombres compitan. En heterofilia (pesas) se
vio en Tokio a Laura Hubbard, que falló en sus tres intentos y por eso la cosa
ahí quedó… El rugby prohíbe la
competencia de trans como hombres o como mujeres. En el fútbol ya hay varias
trans mujeres lo que genera controversia.
Y nuestra Lía salió sexta en una carrera el año pasado… ¡todas las que
le ganaron eran trans! Creo que la única solución razonable es crear una nueva
categoría: deportista trans. El presidente de la FINA ya anunció que lo
estudian. Podría ser hasta económicamente atractivo.
Alejandro Freeland
http://estudiofreeland.com.ar/
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