Just a minute. El tirador de Tarragona ha muerto.
La peluca rojiza no estaba mal y la gorra que la cubría disimulaba algo más su aspecto. De todos modos el guardia que lo recibió lo reconoció. Era Eugen, el empleado que hacia seis meses había sido dejado cesante en la empresa Securitas en Tarragona. Eugen actuó rápido, disparó a tres de los jefes a quienes había jurado venganza, hiriéndolos gravemente pero sin matarlos, para que sufrieran tal como había jurado por mail (“no quiero matarles los dejaré jodidos”). Después saltó por la ventana y huyó. Los mossos de escuadra lo persiguieron hasta una masía en Reus donde se parapetó, se calzó un chaleco y un casco y se dispuso a resistir, “estoy jugado, nada tengo para perder”. El tiroteo duró un tiempo, Eugen hizo blanco con una escopeta en el brazo de uno de los policías y siguió en frenética carga hasta que un disparo lo fulminó. Quedó en el piso, vivo pero inmóvil, parapléjico. Fue el 14 de diciembre de 2021.
Eugen fue a parar al hospital. “No siento el cuerpo, me duele la mano, no me puedo mover, sufro y quiero morir”, le dijo a la Juez y a la Comisión de Eutanasia que atendió su pedido de que lo ayudaran a morir con dignidad. La eutanasia es ley en España desde junio de 2021 y ya han sido “ayudados a morir” casi 200 personas. La fecha de su muerte asistida se fijó para julio de este año, pero las víctimas de la masacre pedían justicia. Querían que Eugen fuera juzgado y “pagara por lo que hizo”. Argumentaron que esto de morir a pedido no es más que una forma de sustraerse de la acción de la justicia, de escaparse. Y, claro, frustra el derecho de las víctimas a la tutela judicial efectiva. “Derecho a morir con dignidad, a pedido” vs. “derecho a la tutela judicial efectiva”. Interesante, primer caso de un encausado que lo intenta, que yo sepa, en el mundo. El caso llegó al Tribunal Constitucional Español, que dijo que no advertía lesión a la garantía de tutela judicial efectiva (la ley no garantiza que tendremos a un “culpable”, sólo que tenemos derecho a que un juez examine nuestras pretensiones, las acoja o las rechace y nos diga por qué, todo lo cual ocurrió en el caso).
Marin Eugen Sabau (Eugen) murió en el Hospital Penitenciario de Terrassa el 23 de agosto pasado, a la tarde.
Alejandro Freeland
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