Algo sobre la Corte. No hubo Milagros (ni sorpresas).
Hoy, con los votos de sus cuatro miembros, la Corte Suprema rechazó la queja por recurso extraordinario denegado que presentó la defensa de Milagro Sala. Había sido condenada por un Tribunal Oral de Jujuy a la pena de 13 años de prisión e inhabilitación absoluta por el mismo término, por varios delitos muy graves (asociación ilícita, en calidad de jefe; extorsiones, fraudes a la administración pública, etc.). Recurrió en todas las instancias provinciales y lo intentó con la Corte Federal. Sus numerosos agravios fueron prolija y extensamente rechazados, uno por uno. Acaso la sentencia, de 49 páginas, peque de extensa a juzgar por el contenido y pobreza de los argumentos de queja, claramente insuficientes para convencer a alguno de las alegadas infracciones constitucionales. La mayoría, cuestiones de hecho y prueba, ajenos a este remedio excepcional y oportunamente tratados y rebatidos con solvencia por los Jueces locales.
Las cosas se van enderezando, despacio, en Argentina. Y a pesar de que algunos festejen, acompañen o directamente aplaudan a los convictos más indecentes y peligrosos (empezando, lamentablemente, por el presidente de la nación) todavía tenemos momentos de lucidez e instancias Republicanas que nos recuerdan que no todo está perdido.
La sacó barata la Sra. Sala. Y la Sra. de Kirchner también. Pero ya el hecho de que los Jueces declaren lo evidente con semejante nivel de presión encima, resulta alentador.
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